sábado, abril 29, 2006

ÍKER JIMÉNEZ


Inició su andadura profesional a los 17 años en radios provinciales. Con 11 años iba con una bicicleta y una grabadora a entrevistar a la gente. Ha trabajado en las principales emisoras del país. Sus libros Enigmas Sin Resolver I y II ( 34 ediciones, más de 100.000 ejemplares vendidos), Fronteras de lo Imposible, Tumbas sin Nombre o, su último libro, Camposanto han resultado un fenómeno editorial. Actualmente dirige y presenta Milenio 3 en la SER y Cuarto Milenio en canal Quatro, que ha batido todos los récords de audiencia en su franja horaria y que ha recibido la Antena de Oro 2004 por el rigor informativo y la innovación del formato radiofónico.

En los últimos días han vuelto a batir sus propios récords en radio, llegando los viernes a 606.000 oyentes y los sábados a 676.000 oyentes. En televisión han llegado a 1.500.000 de espectadores cada domingo

  1. ¿Cómo fue su vida antes de Milenio 3?
    Hice tres programas de radio, trabaje en otras emisoras y sobre todo tuve un gran aprendizaje en lo que llamamos emisoras comunitarias o emisoras pirata, es decir, donde uno va, no es profesional, pero va a aprender. Estuve en los ojos de 12 ó 13 emisoras. Empecé a los 17 años a trabajar en la radio, poco a poco, en pequeñas emisoras de radio, en la prensa de los institutos, y un día llegué a la emisora de cadena Ser en junio de 2002, y un día, el director, me propuso cambiar el espacio que tenía en la sesión de madrugada por un programa, y así empezó todo.
  1. ¿Qué le llevó al periodismo de investigación?
    No sabría contestar con certeza, desde muy pequeño tengo la noción de que quiero ser periodista, y hacer mis propios periódicos de pequeño y casi a la pasión por el misterio. Es muy curioso, el misterio me llevó al periodismo, me explico, en Vitoria, teniendo unos 10 años, ocurrió un caso de un OVNI (Objeto Volador No Identificado), y me causó conmoción, entonces yo cogí la bicicleta, y comencé a ir a esos sitios donde se había visto el OVNI y comencé a hacer entrevistas, aunque no con un MP3, sino con un grabador que pesaba como un muerto, y la impresión que me dio aquella gente que me confesaba su testimonio me encendió como una luz, que me mostró que quería ser esto, que quiero ir a los sitios a investigar, no quiero ser un periodista que esté en una oficina pasando información.

  1. ¿Cómo le influyó el periodismo de información en su vida?
    Radicalmente, el periodismo de investigación no es un trabajo, es una forma de vivir. Es muy difícil que siendo periodista de investigación no cambies tu vida, porque te convierte en un una especie de detective, en una persona que se pregunta por todas las cosas, no solo por el misterio, sino por una cosa por otra, te hace un curioso. El periodismo de investigación te convierte en una persona curiosa que es más allá de un oficio, me ha influido en todo.
  1. ¿Cuál ha sido la persona que más ha influido en usted a nivel profesional?
    J. J. Benítez, también ha habido otros como Fernando Jiménez del Oso. Pero cuando era pequeño me llegó a las manos un libro “100.000 kilómetros tras los OVNIS”, y aquella experiencia marcó mi vida, era un reportero de un periódico del norte de España que recorría España buscando testimonios de OVNIS, aquello me impresionó muchísimo, y tuve la fortuna de conocerle e investigar con él.

  1. Cuando se tratan los temas a los que usted se dedica, ¿dónde está la frontera entre el sensacionalismo y el periodismo serio?
    El sensacionalismo muchas veces se aplica como peyorativo, como insulto, y no es verdad, la gente confunde sensacionalismo con amarillismo. El sensacionalismo, como dice el término, consiste en crear sensaciones usando imágenes, sonidos, para que la gente interprete, viaje a otro mundo, busque una experiencia distinta, por eso Milenio 3 engancha, porque no es un programa de entrevistas sin más, sino que hay un trasfondo, hay un documento, por lo tanto, que somos sensacionalistas en el sentido de que creamos sensaciones, pues no es un insulto. Ahora bien, se puede hacer un periodismo riguroso con el dato, buscando más que nadie, llegando a los sitios y luego abordando de una forma por la cual la gente sienta cosas, porque si no hacemos que la gente sienta cosas ¿qué hacemos con esto?

  1. ¿Alguna vez ha tenido problemas relacionados con su trabajo de cara a la sociedad?
    Si. Hay que tener fe, fe en uno mismo, y nunca hacer caso de las críticas y hacer caso a quien te pueda enseñar de verdad, de un profesor que te comprende y te enseña algo, de los amigos, aunque al final las envidias son terribles. Alguien que es capaz de hacer algo, acaba consiguiéndolo. Las aportaciones de la sociedad no me importan, al final lo único que dan son problemas.

  1. ¿En alguna ocasión el miedo le ha hecho dejar o aplazar una investigación?
    Nunca. Yo tengo miedo como ser humano, y en algunas ocasiones mucho miedo, pero hay algo que lo supera que es la curiosidad, hay un peldaño por encima del miedo, tengo que ver para poder contarlo.

  1. ¿Cuál ha sido el caso que más le ha marcado para bien y para mal?
    Muchos. Un caso que recogí, que se llama “La noche del miedo”, que se refiere a un caso militar ocultado en el que unos soldados disparan contra una figura que se aparece, una figura que llamaron “la portuguesa” en esa base aérea, una figura que era como un ser errante, como una monja, que fue disparada por los soldados, y luego el largo y amargocamino que llevaron los soldados que fueron ingresados en coma y lo pasaron fatal.

  1. ¿Cómo una persona normal y corriente como usted puede compaginar la radio, la televisión y la escritura de libros?
    Es un gran misterio. Tengo la suerte de estar casado con Carmen Porter y que nuestra vida es un poco eso. Probablemente si yo tuviera una mujer que fuera, por ejemplo, jugadora de balonmano, sería difícil compaginar nuestra cas;, nos gusta lo mismo, yo estoy escribiendo una cosa y ella está escribiendo otra y trabajamos juntos, eso es un factor muy importante para poder trabajar, porque si no sería imposible. Conjugar vida familiar con trabajo es lo que nos está salvando.

  1. Si tuviera la posibilidad de cenar con un personaje histórico vivo o muerto, ¿a quién elegiría?
    Con un personaje histórico muerto, Jesús. Yo tengo una creencia importante en Jesús, aunque no he tenido una educación ortodoxa católica, sin embargo, me ha parecido más bonito llegar por el periodismo, al interesarme por cosas que no he conocido bien porque mi educación no ha sido muy católica precisamente. Con uno vivo, me gustaría hablar con el actual Papa, y charlar sobre los secretos vaticanos.

  1. Opinión: “Una sociedad sana no debe detenerse ante nada para librarse del mal”.
    Yo creo que el fin no justifica los medios, pero es cierto que el mal existe y está ahí, y hay que combatirlo y alejarse de él lo más posible.

Esta entrevista está dedicada a todos aquellos incrédulos que pensaban que era imposible acceder a Iker Jiménez y hacerle una entrevista. Sólo decir que basta un sueño para cumplirlo.

¿ADIVINACIÓN Y SANACIÓN?

















El esoterismo, es tan antiguo como el primer hombre de la tierra, se pueden ver muestras de esto, en cuevas como la de Altamira, en la cual se observan en las pinturas objetos personales como ropa hecha con las pieles y la cornamenta de los animales que cazaban, que se usaban en rituales con el fin de darle prosperidad y comida a la tribu, hasta figuras de piedra que daban una representación a su diosa madre. Fue aquí donde comenzaron a surgir los dioses de las religiones, todos en su mayoría varones y con ello se fueron fundando religiones como la cristiana, la budista, etc.
El esoterismo comenzó a tener mucho auge, empezaron a surgir fundamentos esotéricos dentro de algunas religiones como la egipcia, esto se debe a que las nuevas religiones implicaban el uso de la energía corporal y la mente para poder llegar a un estado de éxtasis y poder hablar y comunicarse con sus dioses.
Definir exactamente esoterismo, puede ser un poco complicado. Según algunos diccionarios, significa: “todo aquello oculto a la sociedad y a su vez reservado para un número muy reducido de discípulos iniciados en alguna disciplina esotérica, tales como la magia blanca, magia negra, el vudú, etc.” En un sentido más estricto, es el conjunto de enseñanzas, doctrinas o técnicas simbólicas destinadas a unos cuantos iniciados que deben buscar lo que hay más allá de lo externo, es decir, lo interno, lo que permanece oculto. Aunque hay que saber, que esoterismo es una palabra nueva, que sustituye a la palabra brujería.
Dentro del esoterismo, se pueden tratar muchos y muy diversos temas, aunque sólo nos centraremos en la adivinación y la curación.
Primero visité a una mujer que practicaba el esoterismo y ha obtenido en él una salida para su vida. Ella empezó de niña, cuando veía cosas que no podía explicar y notaba algo que quería salir. A esta mujer, le resultó fácil abrirse camino, pese a que ninguna persona le apoyó, aunque ello no le perjudicó en sus relaciones. Ella, afirma que le da miedo confundirse, porque teme hacer daño a las personas que le ofrecen su confianza. Acto posterior me contó sus situaciones más anecdóticas:
- “Fue en el cementerio, cuando tenía seis o siete años, por entonces, había tumbas sin flores, lo que me hacía sentir mal, entonces cogía las flores de las tumbas que mejor estaban y las llevaba a las que carecían de ellas; y al agacharme a coger flores me dieron un bofetón, y así hasta tres veces. Al salir del cementerio, me encontré con el “Cristo de las Agonías” (que no puede salir de las iglesias), que nadie se explicaba como había llegado allí. Y a los años, me comentaron que en el mismo sitio, donde estaba el “Cristo de las Agonías”, estaba reservado para un ser querido, y al poco tiempo se murió su padre y lo enterraron allí”.
- “Una vez me enfadé con mi hijo, le dije “ojalá y te mates”; al día siguiente mi hijo tuvo una accidente que casi le cuesta la vida. Todavía no se explican como salió con vida y sin daños pese a los portentosos daños del coche, que acabó totalmente destruido”.
Lo último que dijo, fue que hay más gente de las que las personas creen que visitan estos lugares, para que le echen las cartas u otras cosas, aunque lo nieguen, algunos, por todo lo alto. Y que el que no crea, al menos que lo respete.

Acto seguido y por recomendaciones, acudí a una psicóloga, estas fueron mis preguntas y sus respuestas:
1. ¿Cree usted que hay personas verdaderamente ateas, o simplemente dicen serlo?
No creo que haya personas ateas, el hecho de no creer en nada ya es creer en algo.
2. ¿Qué opinas acerca del esoterismo?
Creo en el esoterismo, pero pienso que no puedes dejar que tu vida gira en torno a ello porque puede ocasionar serios problemas. Hay personas que se vuelven adictos a, por ejemplo, que les echen las cartas porque se creen lo que les dicen, pero en realidad no es así, lo que sucede es que se obsesionan tanto que hacen que su vida gire en torno a lo que les han dicho, además pueden verse afectados psicológicamente, por ejemplo, si les diagnostican alguna enfermedad pueden que sientan algunos de sus síntomas, pero es algo meramente psicológico.
3. ¿Qué opina de la entrevista del esoterismo?
La entrevista está bien, pero le faltan aspectos personales y motivacionales. Se debería haber preguntado por los motivos que le llevaron a leer las cartas, etc., y los motivos que le llevaron a hacerlo público. También hubiera sido bueno preguntarle por cosas personales, como por ejemplo, qué siente cuándo echa las cartas, qué siente cuando acierta (no sólo cuando se equivoca), qué opina de la gente que no cree, qué siente cuando tiene que comunicar malas noticias…
4. ¿Ha ocurrido en su vida algún hecho que ponga de manifiesto la existencia de sucesos paranormales?
No me ha sucedido nada que ponga de manifiesto la existencia de sucesos paranormales. Creo en los sucesos paranormales, aunque afirmo que, a veces, los sucesos paranormales son interpretaciones erróneas de efectos físicos.
5. ¿Conoce usted alguna persona que diga tener poderes paranormales? ¿Cree usted en lo que afirma?
Sí que conozco a gente que diga tener poderes paranormales. Y sí creo en lo que afirma. Aunque a veces, más que lo que estas personas nos puedan ayudar, es el hecho de sentirnos protegidos por la fe lo que hace que psicológicamente algunas personas se sientan mejor.

Como me dijo la psicóloga, hice más preguntas a la mujer que trabaja con el esoterismo:
1. Motivos que le llevaron a leer las cartas.
Vio las cartas, las compró e inconscientemente necesitaba echarlas.
2. Motivos que le llevaron a hacerlo público.
Ayudar a los demás, me ponía enferma cada vez que veía a alguien que me pedía ayuda; no podía negar mi ayuda.
3. ¿Qué siente cuando echa las cartas?
Entre bienestar y malestar, según la respuesta y el estado de ánimo con el que me encuentre, y las vibraciones que haya a mi alrededor, o las que tengan las personas que acuden a mí.
4. ¿Qué sientes cuando aciertas?
Nada, como acierto siempre, lo que temo es equivocarme y que las personas que a mí acuden pierdan la confianza.
5. ¿Qué opina de la gente que no cree en el esoterismo?
Los respeto, cada uno tiene sus creencias y es libre de hacer lo que quiera, pero lo que sí pido es que lo respeten igual que yo respeto otras cosas que no me gustan o dudo su credibilidad.
6. ¿Qué siente cuando tiene que comunicar malas noticias?
Siento malestar y además tengo que callar y disimular para que no se me note en la cara ni al hablar.

Tras dar con una curandera, conseguí que me respondiera a unas preguntas, la cual al igual que la mujer que practica el esoterismo dijo que ayudando a los demás estaba dando sentido a su vida.
Otras de las muchas cosas que me comentó fue, que no le gustaba el esoterismo, y no tiene interés en ello, en el término de adivinación y magia negra, pero afirma que hay personas con predisposición especial, “don”, obtenido de forma divina para ayudar a los demás. Su trabajo, dijo, consiste en dar solución a los problemas, enfermedades, elevar el ánimo y ayudar en todo lo que se pueda, siempre y cuando el que va a ella se deje ayudar. Se dio cuenta de su predisposición cuando, de pequeña tenía una sensibilidad especial, colmada cuando se le apareció la Virgen. Ella siempre tuvo apoyos y a su familia no le importó que fuese gente a su casa. Ella afirma que disfruta ayudando a los demás, y que cuanto más grave es el problema más profundiza en ella y mejor se siente. Por el contrario cuando le van personas con malos pensamientos, lo nota y no se siente bien. Ella ha tenido problemas médicos, pese a sus avisos, aunque en algunas ocasiones eran enfermedades espirituales que los médicos no pueden curar. Acto seguido le pedí que me contara sus anécdotas y estas fueron sus respuestas:
- “Un día fui a visitar a una amiga que estaba muy enferma y había sufrido una operación grave, los médicos le dijeron que estaba muy mal y yo tuve el presentimiento de que no le iba a suceder nada, en cambio su compañera estaba alegre y sonriente porque le habían intervenido esa misma mañana y ella se sentía bien, y en ese mismo momento sentí en mis pensamientos que le habían abierto y cerrado porque estaba muy grave y no tenía solución. Posteriormente preguntaron por la enferma y le dijeron lo que yo anteriormente había sentido”.
- “Mi anécdota más bonita, ha sido ver a la Virgen, sobre todo la primera vez, es la que me ayuda y protege. La primera vez, la vi siendo muy pequeña, pese a ello no dije nada, excepto a mi madre. Posteriormente, cuando yo tenía formada mi familia se me volvió a aparecer y me dijo que me iba a ayudar, que era mi guía y mi protectora. Cuando me pongo a ayudar a los demás fijo mi pensamiento en ella, la cual me ayuda”.
- “Para mí la mayor satisfacción, es cuando me comunican, las personas a las cuales he ayudado, que están muy satisfechas por la ayuda que les he podido dar”.


Ella reiteró unas palabras: “Cualquier curandero/a que tenga orgullo, no tiene nada, porque el orgullo mata. A mí me gusta la discreción y el respeto, además de no juntar a gente en mi casa, para mantener la discreción, al igual que espero el respeto de los demás”.

Posiblemente la parte más difícil e interesante, fue conseguir hacer una entrevista a una mujer, aunque no quiso decir mucho, la cual había dejado de echar las cartas. Todas sus respuestas fueron muy semejantes a las de la curandera, pero dijo que dejó de echar las cartas por decisión propia, después de que tras echar las cartas a sus familiares viera la muerte de una persona directa (de su familia cercana), a los dos meses se murió. Para terminar contó una anécdota:
- “De pequeña, siempre veía a un niño rubio que quería ayuda, no pude ayudarle, me daba miedo y un día deje de ver al niño”.

Para contraponer un poco todo lo expuesto, busqué a una persona cristiana. Hablé con un sacerdote católico, el cual eligió ser sacerdote, porque sentía que alguien le elegía, que confiaba en el y le quería, ese alguien dijo que era Dios. Lo demás llegó solo: tenía que entregarse a los demás en su nombre, además prácticamente no le cerró ningún camino, salvo el de casarse, tener mujer e hijos, pero no se puede tener todo en la vida. Dijo que Dios había hecho mucho por él (también hace mucho por los demás) como: darle la vida, ofrecerle cada mañana una asistencia maravillosa, le regala la presencia de mucha gente que le quiere, le llamó a una vocación que da sentido a su vida. Su vida sin él sería como nadar en el vacío, o estar entre arenas movedizas. Su amor incondicional le hace feliz. Una cosa para él muy importante, es que sigue a Dios y a los hombres, y a Dios en los hombres. Primero confío en Dios; pero sin confianza y amor a los hombres, en los que él también está, la fe se me quedaría vacía si siguiese a Dios y a Dios en todos los hombres. Él también se arrepiente de algunas cosas, tiene pecados, es pecador. Él también se confiesa y pide perdón. Dice tener contactos, contactos con Dios, cada vez que hace la oración. Para él, las personas ateas, se pierden lo que es esto, es hermoso tener fe, es una explicación razonable para la existencia. Las personas que no acuden a la Eucaristía, son libres de hacer lo que les parezca, pero no se concibe un cristianismo que no conlleve una práctica. Sería algo así como ser jugador de fútbol sin haber visto un partido, o conocer un estadio.
Dice que una de las cosas más importantes, es que Dios quiere darnos lo que más nos conviene, pero nos ha hecho libres y autónomos. Nosotros somos los causantes de las desgracias, no él. El hambre, la enfermedad no se deben a su amor sino a nuestra condición mortal, pecadora. Es curioso cómo muchas personas que sufren, tienen, aunque a nosotros no nos parezca, una confianza absoluta en Dios. No necesitan explicaciones. Comentó, que le gustaría que la gente supiera que el cristianismo no atrapa a nadie, cualquier persona cristiana, conserva la libertad y además la potencia. La fe libera, no encadena; ahora bien cuando vives tu ser cristiano como una aventura de entrega al estilo de Jesús, si que te sienten verdaderamente enganchado y sanamente enganchado a él. Para él, el “Opus Dei”, no es una secta, ya que todo grupo humano puede tener rasgos sectarios en la medida en que se cierre sobre sí mismo y no se abra a los demás. Pero de esto nadie está libre.
Él opina que la gente que practica el esoterismo no tiene demasiado fundamento, o poca formación en la fe, y han de agarrarse a algo, superstición, brujería, y a cosas que no llevan a nada. Su opinión acerca de las personas que practican el esoterismo, es que son personas que no están muy centradas y puede que les falte algún tornillo. Una cosa a destacar de sus palabras, fue que Jesús curaba con el poder de Dios, nosotros no podemos sanar como él, pero nuestra presencia, nuestra palabra, si que pueden ayudar a que la persona se encuentre liberada, a gusto consigo misma, en definitiva, mucho mejor. Cuando la persona enferma, también enferma su espíritu y nosotros podemos contribuir algo a que se encuentre mejor, pero no somos brujos.
Contó una anécdota muy sencilla pero con mucho significado para él:
- “Una tarde vi a Dios, vino un niño y me dijo: -mi padre está en el paro y mi madre no tiene trabajo, ¿podría buscar un trabajo para mi madre?- En él estaba Dios.

Con todo lo expuesto, se puede hacer una idea de lo que es el esoterismo, o lo que deja de ser. Aunque la gran mayoría de las personas admitan que se puede dar lo que se supone que es el esoterismo, no está demostrado científicamente que sea totalmente real.